Cómo actualizar Windows 7 a Windows 10 sin perder ni datos ni programas
LA SITUACIÓN
Estamos a dos días de estrenar 2020. Desde hace algunas semanas, recibimos llamadas de clientes preocupados por el aviso que Microsoft hace a todos los usuarios que están utilizando aún Windows 7:
La pregunta es evidente: ¿qué hacemos ahora? Pero la respuesta no es tan simple como uno desearía. La vida no es en blanco y negro sino que está repleta de colorines. Por eso, antes de valorar qué hacer, hagamos un pequeño balance de situación.
BAQS (BASIC ASKED QUESTIONS)
Sobre todo, que no cunda el pánico. Porque aún circulan muchos equipos que funcionan con Windows XP. Es verdad que tienen problemillas con algunos programas que se niegan rotundamente a funcionar mientras otros lo hacen a regañadientes.
De hecho, los fabricantes de programas se volverían majaretas si tuvieran que diseñar (y mantener) un mismo producto para todas las versiones de todos los sistemas operativos (Linux, Mac, Windows…). Windows acumula ya varias ediciones: Windows 95, Windows 98, Windows Millenium, Windows XP, Windows Vista, Windows 7, Windows 8 y Windows 10. Veamos qué preguntas deberíamos respondernos.
¿Qué equipo tengo?
Si el procesador de tu Pc no llega a las prestaciones de un Intel Core i3 y, además, la memoria RAM es inferior a los 4 Gb, la mejor opción que tienes es cambiar de equipo. La otra opción, la menos indicada, es permanecer tal y como estás hasta que la situación sea insoportable.
No obstante podremos hacer una excepción: cambiar el disco duro por uno SSD: todo funcionará muchísimo mejor.
¿Qué pasa si no me actualizo?
Cabe la posibilidad de que no ocurra nada. Pero podrías acabar en alguna de estas situaciones:
– Los hackers descubran una vulnerabilidad y tu Pc acabe en manos de usuarios a los que nunca conocerás. Además, te lo llenarán de toda clase de software espía. Eso en el mejor de los casos. Porque, en el peor, pueden borrarte el disco duro sin que sepas como ha sido.
– Alguno de tus programas auxiliares no funcione. Eso ya pasa con Windows XP. Por ejemplo, Internet Explorer ya no es capaz de visualizar correctamente muchas páginas. Chrome no se actualiza y pronto dejará de ser útil. Y mucho software se cierra en banda a ser instalado.
– Que tu programa más importante deje de funcionar. Algunos programas necesitan adaptarse a las nuevas situaciones, tanto legales como tecnológicas. Por poner un mínimo ejemplo, un programa de contabilidad o facturación debe cumplir con la gestión de impuestos, tasas y demás ocurrencias del ministro de turno. Una actualización puede obligar a cambiar de sistema operativo de inmediato.
– No te funcione una impresora. Efectivamente, la tecnología sólo tiene en cuenta lo más extendido. Hoy en día sería muy raro encontrar una impresora que pudiera usarse con Windows XP. Lo mismo pasará con Windows 7. Este problema podría afectar al resto de dispositivos que tengas.
– El antivirus no funcione. En este caso, el ordenador abrirá sus puertas a la amenaza más inocente jamás creada.
– Hacienda te lo ponga imposible. Y esto se puede dar con cualquier cambio. Por ejemplo, si el programa Autofirma (que es necesario para muchas gestiones con el Estado) se actualizara y ya no fuera compatible con Windows 7, tendríamos un problema.
Pero, probablemente, algo nos pillará por sorpresa. Por tanto, y resumiendo, poderíamos decir: si un ordenador sólo utiliza unos programas muy determinados y éstos raramente sufren cambios, no debería hacer falta actualizarse a Windows 10. Esta situación ocurre en determinados puestos de trabajo, como en los ordenadores que controlan la producción de una fábrica.
Pero si no es el caso, lo aconsejable es actualizarse. Una opción intermedia es esperar hasta que la cosa se complique lo suficiente.
¿Puedo actualizarme a Windows 10 sin perder ni los datos ni los programas?
Nos alegra que nos hagas esta pregunta. En realidad, la estábamos esperando. Hemos hecho la prueba con un ordenador que, gentilmente, se ha prestado como «conejillo de indias». Y sí, hemos conseguido transformarlo radicalmente. Nuestro ordenador tenía instalados unos pocos programas, unos pocos ficheros y, al final, ha renacido con su nuevo Windows 10 y con todos sus datos y programas tal y como estaban. Efectivamente, aún puedes actualizarte a Windows 10. Pero no hay nada que pueda asegurarte que todo irá bien.
¿Hay algún riesgo en la actualización?
Hemos visto todo tipo de resultados al intentar una actualización. Windows hace una especie de ánalisis inicial en el que se comprueba la compatibilidad del Hardware y del Software del equipo. Pero puede ocurrir que el ordenador se quede a mitad de camino: ni con Window 7 ni con Windows 10. Es un caso que se da en muy pocas ocasiones, pero se da. Y el resultado es que habremos transformado un ordenador vital para el trabajo en una chatarra inservible. Eso sí: todo tiene solución.
También es posible que, al final del proceso, te salga un mensaje avisándote de que «ha habido un problema y por eso lo dejaremos todo como estaba». Cómo es lógico, no utiliza esas palabras, pero es lo que entenderás. En este caso sólo habrás perdido tu tiempo y tu paciencia.
Sin embargo, en un 99 por ciento de los casos, la cosa acaba bien. Te recomendamos que, antes de atreverte a dar un solo paso, hagas una copia completa de tus datos. No hacerlo puede tener unas consecuencias que cuestan de imaginar.
¿Cuánto cuesta actualizarme?
Cuando llegamos a esta fase nos adentramos en uno de los misterios de la tecnología. Microsoft da pie a situaciones contradictorias entre sí. Por ejemplo, en su web se indica que el periodo para actualizarse de forma gratuita se terminó hace tiempo. Aquí puedes ver lo que se dice en la web de Microsoft:
https://support.microsoft.com/es-es/help/12435/windows-10-upgrade-faq
Sin embargo, Microsoft ha dejado una pequeña rendija abierta para los humanos. Se trata de una herramienta, totalmente gratuita que convertirá tu Windows 7 en un Windows 10. Esta herramienta nos la hemos guardado por si acaso. Luego te contamos cómo encontrarla. El proceso es muy fácil.
Resumiendo, el coste va desde cero euros a unos 150. Si me preguntaras lo que yo haría, te contestaría con una sonrisa maliciosa.
EL PROCESO DE ACTUALIZACIÓN
Bien, como te decíamos, y si has comprobado que tu ordenador tiene, al menos, 4 Gb de RAM y un procesador que no permanece dormido la mitad de su jornada laboral, podemos seguir. Éste es el proceso:
- Mentalización previa. Todo esto puede ser largo y nada está garantizado: ni que llegues a ver como tu Windows 7 se ha mutado a Windows 10, ni siquiera que el ordenador se quede tal y como está. No tengas prisa y deja que el disco duro se pase de revoluciones.
- Hacer una copia de seguridad de tus datos. Aunque es altamente improbable que éstos se pierdan, la posibilidad existe. En el caso, poco probable, de que el ordenador se quede fuera de servicio, los datos siguen ahí. Eso sí: muchos usuarios no sabrán cómo acceder a ellos.
- Descargar el agente de actualización. Es un pequeño programa que descarga todo lo necesario y ejecuta el trabajo de actualización a Windows 10. Aquí tienes el enlace directo: http://go.microsoft.com/fwlink/?linkid=822784
- Ejecutar el agente y seguir las instrucciones. A partir de aquí basta con esperar y contestar a las preguntas que salgan. La paciencia es fundamental. Lo mejor es alternar esta situación de incertidumbre infinita con alguna tarea de bricolage casero. Así se te figurará todo más rápido de lo que es.
LA ACTUALIZACIÓN EN PANTALLAZOS
Puedes ver que partimos de una instalación de Windows 7.
Ahora, si todo sale como se espera, Windows 10 te preguntará unas cuantas cosas y todo funcionará como antes; todo lo que sea compatible con Windows 10, claro. En principio, ya sólo queda esperar a que se actualice a la última versión y dejar que el nuevo sistema operativo decida su destino. Si no se actualiza, puedes forzar al Pc a que lo haga.
OTRA FORMA DE ACTUALIZACIÓN
Como habrás podido comprobar, el hecho de que aún puedas actualizar tu viejo Windows 7 a Windows 10 depende de que Microsoft tenga a bien dejar estas utilidades en su web. Mientras éstas no desaparezcan, podrás actualizar tu sistema operativo.
Pero ¿qué pasará si a alguien de Microsoft se le ocurra eliminar la posibilidad que hoy, a finales de 2019, está a tu disposición? ¿Podrás pasarte a Windows 10 sin tener que formatear el ordenador? Por si acaso, aún queda otro modo.
Un DVD de actualización
En su día, Microsoft puso a disposición de todos los usuarios de Windows 7 un archivo que contenía lo necesario para crear un DVD de actualización. Este DVD, aún cuando instala una versión de casi un lustro atrás, es una auténtica joya capaz de sacarte del apuro.
Porque funciona como DVD de arranque, para que puedas hacer una «instalación limpia» (que es la que deja tu disco duro inmaculadamente limpio tras borrar tus datos), o como una actualización que convertirá tu Windows 7 a Windows 10. Además, se activa con una clave de Windows 7. No puedes pedir más.
Pero vamos a lo que íbamos: a la actualización. Para esa segunda opción, una vez arrancado tu pc con Windows 7, deberás introducir el DVD en el ordenador y, automáticamente, se iniciará un asistente de instalación.
Hay que estar muy (pero muy, muy) atento, porque pregunta si quieres guardar tus datos y tus aplicaciones. Si marcas esas dos opciones, el ordenador hará todo el proceso de actualización, se reiniciará unas cuantas veces, y acabará por apuntarse al Windows 10.
Si no estás atento (no se acepta ninguna responsabilidad), puede que te borre el disco duro y te quedes sin nada: ni programas ni datos. Por eso, sea cual sea la opción, te aconsejo (una vez más, sí) que hagas copia de tus archivos antes de tirarte a la piscina.
Paso a paso
- Descargarte el archivo ISO.
- Crea el DVD de instalación. Si no tienes ningún programa que lo haga, tenemos una maravilla que funciona perfectamente y con gran sencillez.
Puedes descargarte estas utilidades ahora mismo rellenando este sencillo formulario.